martes, 22 de octubre de 2013

Por qué las escuelas en EEUU inflan las notas (1)


Esta es la primera parte de mi artículo de octubre en Mapping Ignorance traducida al español:

En 2012 el Premio Nobel de Economía se otorgó a dos matemáticos, Lloyd Shapley y Alvin Roth, "por la teoría de las asignaciones estables y la práctica de diseño de mercados". El diseño de mercado en sus teorías no es exactamente un mercado, no al menos la clase de mercados que solemos llamar así. Son lo que los economistas conocen como "juegos de emparejamiento". Algunos ejemplos son la asignación de médicos a hospitales, estudiantes a escuelas u órganos para transplante a receptores. Hay razones para no tratar estos problemas económicos como mercados normales o como subastas. Las escuelas seguramente quieran el dinero de los solicitantes, pero también tienen grandes incentivos para atraer a los mejores alumnos. Dejar que simplemente los candidatos pujen por ser admitidos puede no ser eficiente, puesto que el futuro de la escuela puede verse en cuestión si su reputación de ofrecer estudios de calidad es algo valorado por las nuevas generaciones de estudiantes. El caso de los transplantes de órganos tiene que ver con el hecho de que la sociedad encuentra repugnante que su asignación se realice por dinero. El resto de los emparejamientos tienen también sus propias idiosincrasias.

Después del otorgamiento del Premio Nobel en esa área se popularizaron los algoritmos básicos para resolver los juegos de emparejamiento, como el que se describe en el trabajo de Gale y Shapley (1962) [1]. El lector interesado debe, sin embargo, saber que hay muchas variaciones y complicaciones del problema. Un emparejamiento puede hacerse entre dos conjuntos separados de individuos (como en el matrimonio heterosexual), o dentro un único conjunto (como en el matrimonio homosexual), puede ser uno-a-uno, uno-a-varios o varios-a-varios, todos los individuos de un grupo pueden tener las mismas o diferentes preferencias sobre los individuos del otro grupo, puede haber problemas de externalidades (puede importarme no solo con quién estoy emparejado yo, sino también con quién están los demás), etc. De especial importancia es el problema que causa el que los individuos no revelen sus verdaderas preferencias en caso de que estas no sean conocidas públicamente, cuestión esta estudiada por primera vez por Roth (1982) [2].

En este artículo examinaré uno de los últimos avances en esta línea de investigación. En el problema particular de la asignación a universidades se observa que las escuelas de enseñanza media no proveen toda la información sobre los alumnos y que las universidades no insisten en tenerla. Por ejemplo, en EEUU las escuelas suelen inflar las notas: otorgando una A (sobresaliente) a la mayoría de los alumnos logran ocultar parte de la información relevante para distinguir al estudiante medio del bueno y al bueno del brillante. ¿Por qué ocurre así? Esta es la cuestión que tratan de responder Ostrovsky y Schwarch (2010) [3].

(Continúa aquí.)

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